miércoles, 2 de diciembre de 2009

desorden organizado 1

Si lograra esa extracción de segundo donde me arranco el pasado, el presente inexistente y el futuro que invento a cada momento, podría, al fin, concentrarme en las palabras dulces. Las mañanas se tomaron el derecho del invierno, las calles están suculentas, el tiempo atrapado en un compac olvidado y rayado de tanta repetición absurda. La droga que se necesita para repasar los lugares que nunca pisé. Debo practicar el ejercicio de la dulzura, más allá de los granos de cacao esparcidos por mi boca.

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